Flying wig es el undécimo disco de Devendra Banhart y el reencuentro con Cate Le Bon, solista, multiinstrumentista y productora, esta vez llevando su amistad y conexión al estudio de grabación.
En este álbum, Banhart nos muestra su faceta más frágil y oscura, en un viaje por las dualidades y paradojas de la vida.
Después del viaje hacia la maternidad, la conexión madre-hijo, la melancolía y la pérdida que fue Ma, su último albúm solista lanzado en 2019, el artista estadounidense-venezolano canta para afrontar la desesperación y dolor que le han causado las perdidas en su vida, y convertirlas en esperanza y gratitud.
Inspirado en el haiku "Un mundo de rocío", del poeta japonés Kobayashi Issa, en la repetición ”y sin embargo, y sin embargo...", utiliza en este material el sentido de repetición para recordar y encontrar ánimos de seguir intentandolo a pesar del fracaso y en el camino amar a través de la tristeza.
En palabras de Devendra:
“Se trata de transmutar la desesperación en gratitud, las heridas en perdón y el dolor en alabanza”.
Culminando esta reflexión e introspección en un disco que “suena como recibir un masaje muy melancólico, o llorar, pero con un traje muy bonito… si voy a llorar, quiero hacerlo con mi mejor vestido”.
Nosotros también nos pusimos nuestros mejores trajes para contarles qué nos pareció este nuevo material discográfico.
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Opinión de Fer
Para ser sincero, a Devendra poco lo conocía, mi primer acercamiento con este artista fue por medio de su colaboración con Natalia Lafourcade en Mujer Divina, cantando una de mis canciones favoritas de toda la vida: Amor, Amor de mis Amores, sin embargo, de ahí en adelante no estuve al pendiente de su proyecto musical.
Flying Wig fue promocionado con bombos y platillos por todo lo alto e incluso eligió a México como una de las sedes en donde mayor promoción tuvo, llegando a estrenar de manera oficial estas canciones con un concierto ofrecido durante el fin de semana del estreno del álbum, además de tener convivencias en tiendas de discos y firmas de autógrafos. La cercanía de Banhart con México, además de las constante recomendación de un amigo cercano, lograron que cada vez se me antojara más escucharlo.
Para no llegar en ceros con este proyecto, escuché su anterior disco Refuge, y me sorprendió que con Flying Wig encontré algo un tanto diferente a lo presentado en aquel trabajo de 2021. Los diez tracks que lo componen tienen un aura completamente misteriosa, creando del rock (su género predilecto) una experiencia completamente distinta a lo que yo conocía.
Absolutamente todas las canciones aquí incluidas son baladas (por encasillarlas en algún estilo) que embriagan de tranquilad todo el ambiente, acompañadas magníficamente de la voz de Devendra que potencializa esta sensación de tranquilidad, asi pareciera ser como si la función de este es arrullarte con su interpretación para que puedas disfrutar de una noche plena.
En su estilo musical pude notar bastantes influencias de la música rock de los 60's como los emblemáticos The Beatles, que jugaban con este rock un poco más relajado, pero a su vez, Devendra lo teletransporta a un terreno al ambient-pop casi rozando el art-pop al mero estilo de proyectos como Helado Negro, del que justo creo que son amigos cercanos, lo cual explicaría en cierta medida las similitudes.
Algo que no me agradó del todo de este trabajo es lo similar que suena entre sus tracks, costándome un poco de trabajo lograr conectar e identificar cuál era qué pieza. Flying Wig peca mantenerse en el mismo tono durante sus 48 minutos de duración, generando que este se vuelva pesado de escuchar, al menos para gente como yo que esta comenzado a adentrarse a su universo.
Me hubiera gustado que incluyera más matices dentro de las canciones, tal vez explorar un poco más esta parte ambient-pop para crear piezas que resultaran ser un poco más explosivas que otras, generando así una diferenciación entre tracks. Un destello de esto podría ser Twin, que es un corte dentro del álbum que, aunque mantiene la esencia tranquila, tiene matices tirándole más al rock y con toques sensuales que a simple vista resalta sobre todas las demás.
Una propuesta interesante fue lo que entregó Devendra Banhart, pero que al ser todo bajo el mismo tono, resulta ser por momentos monótono y un tanto difícil de digerir, pero una vez que entras en la misma vibe que Flying Wig logras conectar de manera increíble con él.
Calificación final: 75/100
Opinión de Ake
Cuando conocí la música de Devendra Banhart siento que mi vida cambió. A partir de esa primera escucha solo quise meterme más y más en su trabajo y me volví (muy) fan de todo lo que hacía. Ya nunca dejé de recomendarlo y hablar de él.
Flying wig es un disco que me llegó de sorpresa. La verdad no esperaba tener música de su parte este año, ya que en 2021 ya había lanzado Refuge un disco instrumental en colaboración con su amigo y músico de cabecera Noah Georgeson.
Sin embargo la noticia me emocionó mucho y ansiaba poder escucharle en esta nueva etapa.
Concentrándome en sus trabajos en solitario, entre Ma y este material se refleja el ejercicio de intimidad y búsqueda interna aún mayor que vivió Devendra no solo en el proceso de pérdida de su mamá, sino también con la pandemia y todo lo que dejó en el camino. Siendo este tema algo que resuena, pero que no menciona:
“Tomamos la decisión de no mencionar la palabra ‘pandemia’, o alguna similar. Pensamos que si lo hacíamos, se convertiría en un trabajo vinculado a eso. Pero todo fue creciendo y me di cuenta de que, aunque no utilizara la palabra, todos los álbumes que salen después de la pandemia, directamente o indirectamente, están vinculados a ella”.
El inicio del albúm es un tanto denso y eso puede desmotivar a su escucha, sin embargo agarra camino en la bella Fireflies y a partir de ahí que Banhart juega con el ritmo del disco, marcando un sube y baja en sus emociones, pero conservando una misma línea que podría llegar a parecer un tanto monótona en su escucha.
Sin embargo considero que Devendra sí logra encontrar el equilibrio entre el rock y los sintetizadores, con las baladas y los ritmos lentos, para regalarnos piezas como Sirens o Twin, canciones que destacaría como las esenciales para entender el disco y su intención de dualidad y repetición, donde encuentro una gran influencia de su productora Cate Le Bon.
Después de 48 minutos y 10 canciones, el albúm acaba siendo un proyecto con destellos de luz y oscuridad que nos invita a reconectar con aquellos sentimientos incomodos que vienen con la vida, y disfrutar del viaje con todo y sus baches, porque lo importante es lo recorrido más que el propio destino.
No me voló la peluca pero sí fue una bella sorpresa tener un nuevo disco de mi artista favorito.
Siempre agradecido por la compañía a través de su música y el esfuerzo por mantenerse firme a su esencia, a la par que conecta consigo y su dolor.
Calificación final: 85/100
Calificación General: 80/100
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